miércoles, 30 de agosto de 2017

Finalizó el ciclo de Alexander Kluge

Con la proyección de El ataque del presente al resto del tiempo, finalizó el ciclo "Alexander Kluge, arqueólogo y visionario" en el Cineclub La Rosa.


En esta ocasión, nuevamente contamos con una muy buena respuesta del público que acompañó la función.


Todas las películas fueron proyectadas en 16mm gracias a la colaboración del Goethe-Institut Buenos Aires.


La función fue presentada por Emiliano Penelas.




jueves, 24 de agosto de 2017

El ataque del presente al resto del tiempo

Última función del ciclo Alexander Kluge, arqueólogo y visionario con El ataque del presente al resto del tiempo, en 16mm. Será el miércoles 30 de agosto a las 20:30. Como siempre, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154.


Miércoles 30 de agosto - 20:30 horas
EL ATAQUE DEL PRESENTE AL RESTO DEL TIEMPO 
(Der Angriff der Gegenwart auf die übrige Zeit, Alemania, 1985, color, 106 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge.
Dirección de Fotografía: Thomas Mauch, Werner Lüring
Montaje: Jane Seitz.
Elenco: Jutta Hoffmann, Armin Müller-Stahl, Michael Rehberg, Peter Roggisch, Rosel Zech, Alfred Edel, Rosemarie Fendel.



Un filme de episodios, que "se despide del cine clásico" (A. Kluge). Trizas de la realidad, que sin embargo se atienen todas estrictamente a una idea, como un único instante puede entrelazar todo el antes y el después.

Está ahí la hija de una pareja de porteros de Varsovia, que se entrega a un soldado alemán, para salvar los tesoros de la historia cinematográfica polaca.

Hay también una mujer casi imprescindible, que de súbito resulta superflua, porque el jefe ha concedido la preferencia a otra.

Tenemos también a los presurosos, que incansablemente andan ajetreados por el mundo, para adoptar decisiones que cada vez tienen menos sentido.

Vemos también a la joven madre alquilada, que no quiere devolver el niño en tanto los responsables de su educación no quieran escuchar sus recomendaciones para cuidarle.

Y, finalmente, ahí está un famoso director de cine, que se queda ciego durante el rodaje y, pese a ello, prosigue el trabajo, porque tiene la cabeza llena de imágenes.


A pesar de que tampoco Alexander Kluge puede arreglárselas sin personas individuales, en este filme no se trata del destino de personas concretas, sino -ahora a pocos años del final de un siglo mortífero, más aún, de un milenio- del destino de la humanidad. Los individuos representan en tal caso ahora para él sólo el comprobante necesario. El papel principal lo juega el tiempo con el que estas personas tienen que tratar: el tiempo como historia y como pasado cargado a las espaldas, aunque también ese tiempo escaso que les falta a las personas en el momento de tomar la decisión, para poder configurar mejor el futuro. Por ello, dice Kluge, "el hombre considera su vida como algo provisorio: el presente se dilata".

Se descubren desproporciones. Por ejemplo, cuando la mujer superflua, que hasta el presente no tenía tiempo, ahora, después del despido, ya no sabe qué hacer con su tiempo. O cuando los presurosos tienen que viajar por Europa de cabo a rabo, para decir no dos veces. No obstante, Kluge otea en estas desproporciones igualmente un consuelo; en ellas percibe él el vigor autocurativo de la razón. En efecto, sólo cuando el hombre, debido a tales desproporciones, se para a reflexionar, se aparta de la vía de una dinámica ciega y de un destino fatal.

Naturalmente, Kluge convierte también siempre la cosmovisión en una reflexión artística, en la ilustración de la ilusión. "Nos despedimos de la industria clásica", dice Kluge. "La manos se vuelven superfluas. Ahora lo que importa es descomponer las partes del cerebro y de los diversos sentidos". Pero precisamente para esto no existen ya ninguna clase de imágenes auténticas. Por esa razón tiene este filme también que "despedirse del cine clásico", precisamente porque tiene que inventar de modo permanente imágenes de cosas y hechos de los cuales no puede propiamente haber ya imágenes.

Así es como Kluge crea, por ejemplo, la figura del realizador ciego, que regularmente mira al proyector. "El toma su ducha diaria de luz", dicen sus colaboradores. Ahora bien, dado que un proyector proyecta no sólo veinticuatro veces luz, sino otras tantas veces oscuridad, Kluge afirma que el ciego consume asimismo diariamente pequeños trozos de oscuridad. Se impone, por tanto, ver las alternativas entre los instantes.

Peter Buchka

Proyección en 16mm gracias al Goethe-Institut Buenos Aires. 

Temporada XI / Función 216
Cineclub La Rosa
Austria 2154

miércoles, 23 de agosto de 2017

Los sentimientos, según Kluge

Una película compleja, lúcida, que invita a reflexionar y apela al espectador. Así fue la proyección en 16mm de El poder de los sentimientos, de Alexander Kluge, en la segunda función del ciclo dedicado al realizador alemán.








'El poder de los sentimientos', de Kluge, eleva el tono del Festival de Sevilla

Este artículo apareció en la edición impresa del Diario El País de Madrid, el miércoles 9 de noviembre de 1983, tras la proyección de El poder de los sentimientos, de Alexander Kluge, en el festival de Sevilla.


Densa, tensa e inteligente es la película de Alexander Kluge que ayer se exhibió en el Festival de Cine de Sevilla. La fuerza de los sentimientos es una gran ópera moderna montada con fragmentos de la historia, de la historia vivida y la historia filmada, de la historia inventada para que se filme y de la historia cantada en las óperas que cantan la historia humana. Es, por todo ello, un enorme collage -Kluge es un gran aficionado a utilizar y superponer retazos de lo que sea, como muestra su filmografía anterior-, una introspección y una exteriorización al mismo tiempo, realizada por uno de los directores más intelectuales de cine alemán.

El autor de Artistas bajo la lona del circo: perplejos no ha llegado al cine por el camino de la imagen, sino más bien por el del pensamiento. Y esta característica, que en otro realizador menos dotado podría resultar temible, es un verdadero alivio para el espectador, que tiene que deglutir día a día un lamentable y costoso cúmulo de trivialidades sintetizadas en celuloide.Wagneriana y y brechtiana, La fuerza de los sentimientos (título con que se conoció en España) es una pelicula dura y reconfortante a la vez, porque muestra el desastre, pero también la forma en que se es capaz de reflexionar ante el desastre. Y su intención se resume en las palabras del veterano cantante de ópera que aparece al principio del filme: aun después de 84 representaciones, uno puede sonreír con esperanza en el primer acto, porque uno no puede saber todavía en el primer acto que todo acabará tan mal en el quinto.

Junto a la intensidad de la película de Kluge -rodada en el escenario impresionante de una ciudad alemana del Rhine-Main en reconstrucción, destaca desfavorablemente la artificiosidad del filme francés L'été meurtrier, de Jean Becker.

Maruja Torres

lunes, 21 de agosto de 2017

El poder de los sentimientos

Segunda función del ciclo dedicado a Alexander Kluge con la proyección en 16mm de El poder de los sentimientos. Será el miércoles 23 de agosto a las 20:30. Como siempre, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154.


Miércoles 23 de agosto - 20:30 horas
EL PODER DE LOS SENTIMIENTOS
(Die Macht der Gefühle, Alemania, 1983, color/blanco y negro, 115 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge
Dirección de Fotografía: Werner Lüring, Thomas Mauch
Montaje: Beate Mainka-Jellinghaus
Elenco: Hannelore Hoger, Alexandra Kluge, Edgar Boehlke, Klaus Wennemann, Erwin Scherschel, Beate Holle, Uwe-Karsten Koch, Suzanne von Borsody, Paulus Manker.


Un niño muere en la guerra; un niño es apaleado hasta la muerte; entierro de gala para un político asesinado; despedida; salida de un tren; Guiseppe Verdi, Rigoletto, último acto. Cinco saltos en el tiempo, cinco cambios de ubicación; numerosos fragmentos y una cinematografía acelerada que proporciona una experiencia distinta a la del instante vivido en realidad.

"Un niño muere en la guerra. Muerte en el campo de batalla. ¡Traición! Un niño es muerto a golpes. La vengaza mortal de la madre. Eso ocurrió hace 5000 años.- Duelo oficial por un político muerto a tiros. La muerte heroica por la patria, en la película. Despedida, salida del tren. La estrella del Ufa Rudolf Forster: "Sí, pero el hombre nota siempre un minuto después de haber salido el tren que ha olvidado lo más importante". Giuseppe Verdi. Rigoletto. Final de acto.- ¿Por qué trae el cantante S. en el primer acto "una chispa de esperanza en el rostro" si después de 84 reprsentaciones tiene que conocer el horrible desenlace en el quinto acto? Cinco cambios de tiempo, cinco cambios de lugar. Siempre la misma pregunta." (Alexander Kluge)


Un montón de fragmentos: las horas del lucero del alba, el paso de la noche al día, filmados por Kluge en cámara rápida ante los rascacielos de Frankfort: el tiempo comprimido, que suscita una impresión distinta a la real. También las óperas se reducen a unos segundos, de la misma forma que otros episodios inventados por Kluge, con los que, al igual que con el material documental, vuelve una y otra vez a la cuestión central de esta pelìcula: "Por qué los sentimientos que mueven el mundo traen al final tanta degracia, si los mismos sentimientos son (cada uno) teólogos de la felicidad. Denodadamente creen en la felicidad..."

Kluge se dirige contra la intención de entretener el tiempo en el cine, que equivale a una destrucción del tiempo; y adopta una posición contraria: "Se puede narrar en tres minutos una historia que merecería noventa minutos... Empleo hora y media de tiempo para una película y recibo a cambio más de 18 horas de impresiones vitales." La compresión del tiempo y la presión resultante de ella no se lo ponen fácil al espectador de Kluge. Pero surgen así nuevas asociaciones indefinibles, que al ver y escuchar pueden aportar más de lo que lo fijación verbal podría hacer suponer.

Hybris y la destrucción de Babilonia, la perspectiva urbana de Frankfort, casas ardiendo en Sao Paulo, gentes que saltando al vacío optan por otro género de muerte: ¿Catástrofes con un secreto denominador común? En cualquier caso, procesos que comienzan prometedoramente y que tienen un desenlace catastrófico, y Kluge percibe el solapado paralelismo de su dramaturgia en la realidad, en la representación de la realidad y en sus transformaciones por el arte. Del siglo 20 le interesa sobre todo el cine; del 19, la ópera, la "factoría de sentimientos".


El montaje que hace Kluge de imágenes y sonidos, de escenas, de compilaciones, de apostillas y sentencias, efectúa investigación de las catástrofes. "Todos los sentimientos creen en una salida feliz", dice Kluge, pero "en las historias tristes, los sentimientos parecen más pesados" - hipótesis que se convierten en condiciones de su orden experimental con el que investiga y compara la dramaturgia de las tragedias escritas y ocurridas: tragedias entre personas, entre naciones, conflictos cuyos mecanismos usurpadores residen en lo personal, en el ámbito de poder de los sentimientos. Aparecen ahí inquietantes parelelismos entre mitos,polìtica y vida cotidiana. "Comienza con el enamoramiento y termina con el divorcio. Comienza en el año 1933 y termina en ruinas. Las grandes óperas tienen un comienzo prometedor, con sentimientos crecientes, y en el quinto acto contamos los muertos."

Kluge ha comprimido de tal manera su película, que el desenlace es una empresa perdida de antemano. Se ve por ejemplo en una panorámica de Frankfort la inscripción con el nombre de una idustria, en otro pasaje aparecen niños moribundos - y de una forma tácita se establecen asociaciones entre ambas imágenes, se piensa en los experimentos de alimentación infantil que esa empresa ha hecho en niños africanos.


Guerra y paz, culpa y arrepentimiento, víctima y solución, muerte y vida - son los "leit-motiv" exentos de palabras, su objetivo es la investigación de los caminos para sobrevivir, en los que se coloca como obstáculo el poder de los sentimientos: ímpetu asesino y celos, avaricia y desesperación, intolerancia y necesidad de dicha, añoranza de justicia, dolor, alegría, y como suma, un caos, cuyos mecanismos cree reconocer Kluge en sus estructuras. Pero en medio de todo el escepticismo, aboga por los sentimiento en esta hora de la historia que conduce de Babilonia a Frankfort. A un montaje con diversas escenas de ópera siguen imágenes de bombarderos en formación. Después un campo de amapolas, la tumba de un soldado, una caravana de exiliados, una vista del Frankfort actual. Se añade una frase en "off" de Kluge - la más actual y desconcertante de toda la película: "No se puede capitular una vez más." Se pueden rechazar tales frases a causa de su compresión - o aceptarlas, resolverlas, desarrollarlas, recrarlas, reconcebirlas y enocntrar así el acceso, nada fácil, a esta obra, que a primera vista resulta intimidante y compleja.

Hans Günther Pflaum


Proyección en 16mm gracias al Goethe-Institut Buenos Aires. 

Temporada XI / Función 215
Cineclub La Rosa
Austria 2154

viernes, 18 de agosto de 2017

Kluge, escritor

Alexander Kluge no sólo destaca por su amplia filmografia o ser uno de los padres del Nuevo Cine Alemán, sino que es además un referente literario en su país. En el marco del ciclo que programa el Cineclub La Rosa los invitamos a conocer dos de sus libros traducidos al castellano recientemente, que forman parte del catálogo de la Biblioteca Carlos Sánchez Viamonte.


Kluge se doctoró en derecho en 1956, y fue amigo del filósofo Theodor Adorno, que había vuelto a Alemania procedente de Estados Unidos y era profesor en el Instituto de Investigación Social, institución central de la llamada Escuela de Fráncfort.

Antes de ser cineasta fue asesor legal para el instituto, y comenzó a escribir sus primeros relatos durante este período. Por consejo de Adorno, Kluge empezó también a investigar sobre el cine, y en 1958 fue el filósofo quien le presentó a Fritz Lang.

Más allá de su notable carrera como cineasta, Kluge ha obtenido casi todos los grandes premios literarios, como el Georg Büchner, que recibió en 2003, considerado el galardón literario más importante en lengua alemana.

El contexto de un jardín y 120 historias de cine, publicadas recientemente en nuestro país por Caja Negra Editora, forman parte de nuestro catálogo. Siendo socio puede retirarlos para su lectura.

Próximas funciones
El ciclo "Alexander Kluge, arqueólogo y visionario" continúa el miércoles 23 de agosto con El poder de los sentimientos y finaliza el miércoles 30, también a las 20.30 horas, con El ataque del presente al resto del tiempo. Ambas proyecciones son en 16mm gracias al Goethe-Institut Buenos Aires.

jueves, 10 de agosto de 2017

Comenzó el nuevo ciclo dedicado a Kluge

Con la proyección en 16mm de Trabajo ocasional de una esclava dimos inicio al ciclo "Alexander Kluge, arqueológo y visionario" en el Cineclub La Rosa.


Gracias a la gente que nuevamente hizo ver llena nuestra sala, y acompañó la propuesta de un nuevo recorrido por la cinematografía del prolífico realizador alemán.



La presentación estuvo a cargo del programador del Cineclub, Emiliano Penelas.




El ciclo, proyectado íntegramente en 16mm, cuenta con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires. 


lunes, 7 de agosto de 2017

Trabajo ocasional de una esclava

Comenzamos el ciclo dedicado a Alexander Kluge con una película que habla del rol de la mujer, el aborto y la sociedad. Proyectada en 16mm gracias al Goethe-Institut, se verá el miércoles 9 de agosto en nuestro nuevo horario de las 20:30. Como siempre, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154.


Miércoles 9 de agosto - 20:30 horas
TRABAJO OCASIONAL DE UNA ESCLAVA
(Gelegenheitsarbeit einer Sklavin, Alemania, 1973, blanco y negro, 91 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge
Dirección de Fotografía: Thomas Mauch.
Montaje: Beate Mainka-Jellinghaus.
Elenco: Alexandra Kluge, Franz Bronski, Sylvia Gartmann, Traugott Buhre, Ursula Dirichs, Walter Flamme.


Roswitha Bronski, casada, con tres hijos, regenta una consulta médica de abortos, con el fin de alimentar a Franz, su marido estudiante, y "poderse permitir algunos niños más". El realizador muestra en el mismo comienzo del filme con chocante exactitud las actividades de Roswitha, pero el problema del aborto no es el tema de la película. Kluge analiza en el caso de Roswitha Bronski el papel de la mujer en la familia, en la sociedad.

Su protagonista tiene que afrontar pronto dificultades crecientes: el ginecólogo Dr. Genée, que le envía clientas, no quiere pagarle su comisión; una competidora, la "mayor productora de angelitos de la ciudad", la denuncia a la policía. Franz Bronski es detenido y clausurada la consulta de su esposa. Con el fin de poder eliminar las huellas de su actividad, rompiendo los sellos sin delinquir, Roswitha deja que un perro abra la puerta. Cuando Franz sale de la cárcel resuelve ella abandonar su oficio y dedicarse a actividades sociales y políticas. Su marido es ahora quien tiene que sostener a la familia y asume un empleo en la empresa Beauchamp & Cie.


La exposición de Alexander Kluge es un homenaje al cine: 'Roswitha siente en su interior una fuerza enorme, pero sabe por las películas que existe también realmente ese vigor'. Sigue luego un fragmento de una película revolucionaria rusa, Tschapayew, de Georgi y Sergei Wassiliew, uno de los filmes predilectos del director, que pudiera ser también una de las películas preferidas de la protagonista, la cual un día se dispone con extraordinario entusiasmo a cambiar la sociedad. Para el cineasta Alexander Kluge, e igualmente para su protagonista, los sueños, filmes, ideas y ideologías tienen el mismo valor que la realidad; más aún, son incluso más originales que la realidad misma, pues la realidad no es un 'estado natural', nada dado a priori, sino algo conformado por las percepciones y las ideas. 'El estado natural es ideología, sueños' (así lo dice Alexander Kluge en una entrevista a Ulrich Gregor, en 1976).

Sin embargo, hay que relativizar tal idea; a la secuencia inicial sigue luego en Trabajo ocasional de una esclava una cita de Friedrich Engels, que dice: "Todo lo que los hombres ponen en movimiento tiene que pasar por su cabeza, pero dependerá en muy gran medida de las circunstancias qué configuración adopta en esta cabeza". Kluge observa el plan de cambios de su protagonista con una actitud absolutamente crítica. La luchadora solitaria Roswitha Bronski fracasa no sólo ante los poderes fácticos, también a causa de su propio proceder desplanificado, de su deficiente "conciencia teórica", pero ante todo por el hecho de que su movimiento contestatario se pone en marcha en el lugar equivocado.


Trabajo ocasional de una esclava es un típico rompecabezas de Kluge formado con escenas de interpretación dramática, tomas documentales, imágenes de siluetas recortadas en cartulina, reprografías de antiguos dibujos, citas de películas, comentarios humorísticos y textos intercalados. Y sólo aparentemente se pueden ensamblar con mayor facilidad en esta película las distintas partes de este rompecabezas que en otros filmes posteriores del mismo realizador. Roswitha Bronski es un personaje contradictorio: en casa es un ser oprimido por su esposo patriarcal y sus hijos tiranos, que no se atreve a sublevarse; en cambio, fuera es una luchadora. Y a veces se tiene la impresión de que esta mujer siempre ajetreada, que solamente es capaz de ordenar sus diversas actividades con ayuda de una lista, planifica sus acciones con un exceso de exactitud. Así, por ejemplo, en aquella escena en la cual deja que el perro abra la puerta sellada de la consulta. En el fondo, esta contradictoria Roswitha es una figura artificial, mediante la cual el director quiere articular sus críticas a la izquierda: concretamente a su tendencia a no solucionar los problemas allí donde surgen --en la esfera privada, en la familia-- sino en su proclividad a proyectarlos hacia fuera, es decir "a solucionar en China un problema, que es actual en su propia cocina".

Kluge comenta irónicamente en el filme la decisión de Roswitha de dedicarse a actividades políticas: "Dame un punto de apoyo fuera de la familia y cambiaré el mundo". Es indudable que está justificada la crítica del realizador y su exigencia a mostrarse más pacientes y a conceder mayor atención a los problemas pequeños, privados, pues tras esto no se oculta de ningún modo una actitud resignada, derrotista, como se le ha achacado a veces, principalmente por parte feminista, sino por el contrario, la aspiración a contemplar políticamente la vida privada. Sin embargo, ¿por qué no debería conseguir propiamente la enérgica Roswitha Bronski cambiar su situación familiar?

Trabajo ocasional de una esclava es una película plena de contradicciones, cargada de preguntas sin respuesta, pero es igualmente una película humorística, cómica, que sigue estimulando todavía la fantasía y la reflexión del espectador.

Annette Meyhöfer


Proyección en 16mm gracias al Goethe-Institut Buenos Aires. 

Temporada XI / Función 214
Cineclub La Rosa
Austria 2154

domingo, 6 de agosto de 2017

Alexander Kluge, arqueólogo y visionario

El Cineclub La Rosa dedica un nuevo ciclo al cineasta alemán Alexander Kluge, con proyecciones en 16mm gracias a la colaboración del Goethe-Institut Buenos Aires. Como siempre, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154, en el nuevo horario de las 20:30.


Luego de haberle dedicado un ciclo al comienzo de nuestra novena temporada, regresamos con Alexander Kluge, uno de los padres del llamado "Nuevo cine alemán".

Nacido el 14 de febrero de 1932 en Halberstadt, el 8 de abril de 1945 una bomba aérea de los aliados explotó a solo diez metros de donde se encontraba Kluge, de 13 años entonces. "Debe ser posible presentar la realidad como la ficción histórica que es", dice.

Estudió derecho, historia y música en las universidades de Marburgo y Fráncfort, y se doctoró en derecho en 1956. Durante su época de estudiante fue amigo del filósofo Theodor Adorno, que había vuelto a Alemania procedente de Estados Unidos y era profesor en el Instituto de Investigación Social, institución central de la llamada Escuela de Fráncfort.

Kluge trabajó como asesor legal para el instituto, y comenzó a escribir sus primeros relatos durante este período. Por consejo de Adorno, Kluge empezó también a investigar sobre el cine, y en 1958 Adorno le presentó al director alemán Fritz Lang. En 1960 rueda su primer cortometraje Brutalidad en piedra (1961), junto a Peter Schamoni, ya proyectado en 2015.


En 1962 es uno de los firmantes del manifiesto de Oberhausen, que declara muerto el cine alemán de los años 1950 y como alternativa propone a los nuevos realizadores del Nuevo Cine Alemán. Junto a Edgar Reitz y Detten Schleiermacher, ese mismo año, asume la dirección del nuevo instituto de Formación Cinematográfica de Ulm (Institut für Filmgestaltung). En 1963 funda su propia productora que sigue funcionando hasta la fecha: Kairos-Film.

"En 1966 Kluge estrena su primer largometraje, Adiós al ayer (Abschied von gestern), y se convierte en el primer realizador alemán que, tras la guerra, gana el León de Plata en el Festival Internacional de Cine de Venecia. En 1968 gana el León de Oro por Artistas bajo la carpa del circo: perplejos (1967, proyectada en nuestro ciclo anterior), y con esto se le reabren al cine alemán las puertas de Europa", reseña Carla Imbrogno en el prólogo de 120 historias de cine, libro de Kluge editado en Buenos Aires por Caja negra, en 2010, que forma parte del catálogo de la Biblioteca.

Desde ahí sus producciones viran hacia un carácter más documental. Profundiza en un estilo analítico y asociativo que se convertirá en una clave personal, como en Trabajo ocasional de una esclava (1973), que proyectaremos en este ciclo.

Luego ganaría en los festivales de Oberhausen, Venecia, Cannes y Berlín, y en 2007 recibió la Gran Orden de Mérito de la República Federal de Alemania, y un año más tarde el Premio de Honor de la Academia de Cine de Alemania.

Además, ha obtenido casi todos los grandes premios literarios, como el Georg Büchner, que recibió en 2003, considerado el galardón literario más importante en lengua alemana. El título del ciclo está tomado del artículo sobre Kluge de Gerhard Midding.

Emiliano Penelas
Programador


Miércoles 9 de agosto - 20:30 horas
TRABAJO OCASIONAL DE UNA ESCLAVA
(Gelegenheitsarbeit einer Sklavin, Alemania, 1973, blanco y negro, 91 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge
Elenco: Alexandra Kluge, Franz Bronski, Sylvia Gartmann, Traugott Buhre, Ursula Dirichs, Walter Flamme

Roswitha Bronski, casada, con tres hijos, regenta una consulta médica de abortos, con el fin de alimentar a Franz, su marido estudiante, y "poderse permitir algunos niños más". El realizador muestra en el mismo comienzo del filme con chocante exactitud las actividades de Roswitha, pero el problema del aborto no es el tema de la película. Kluge analiza en el caso de Roswitha Bronski el papel de la mujer en la familia, en la sociedad.


Miércoles 23 de agosto - 20:30 horas
EL PODER DE LOS SENTIMIENTOS
(Die Macht der Gefühle, Alemania, 1983, color/blanco y negro, 115 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge
Elenco: Hannelore Hoger, Alexandra Kluge, Edgar Boehlke, Klaus Wennemann, Erwin Scherschel, Beate Holle, Uwe-Karsten Koch, Suzanne von Borsody, Paulus Manker

Un niño muere en la guerra; un niño es apaleado hasta la muerte; entierro de gala para un político asesinado; despedida; salida de un tren; Guiseppe Verdi, Rigoletto, último acto. Cinco saltos en el tiempo, cinco cambios de ubicación; numerosos fragmentos y una cinematografía acelerada que proporciona una experiencia distinta a la del instante vivido en realidad.


Miércoles 30 de agosto - 20:30 horas
EL ATAQUE DEL PRESENTE AL RESTO DEL TIEMPO 
(Der Angriff der Gegenwart auf die übrige Zeit, Alemania, 1985, color, 106 minutos)
Dirección: Alexander Kluge.
Elenco: Jutta Hoffmann, Armin Müller-Stahl, Michael Rehberg, Peter Roggisch, Rosel Zech, Alfred Edel, Rosemarie Fendel.

Conjunto de relatos cuyos protagonistas se enfrentan a situaciones críticas que los obligan a reflexionar sobre el pasado y a plantearse el futuro. A una joven doctora la atormenta la banalidad de su vida. Una familia se sienta frente a un ordenador como si se tratara del fuego de la chimenea. Una maestra de jardinería debe entregar a un chico a sus tutores legales... Un filme de ensayos en episodios, que "se despide del cine clásico", según el propio director. Trizas de la realidad, que sin embargo se atienen todas estrictamente a una idea, como un único instante puede entrelazar todo el antes y el después.



Ciclo realizado con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires.